El Contador 2 bajo la lupa: ¿vale la pena esta nueva entrega?

La secuela de El Contador ha llegado con una mezcla de expectativas altas y resultados divididos. Dirigida nuevamente por Gavin O’Connor y protagonizada por Ben Affleck, El Contador 2 cambia el tono del original, apostando por una comedia de acción entre hermanos en lugar de un thriller introspectivo. El resultado: una película entretenida pero desigual, que destaca por la química entre sus protagonistas, pero tropieza en su narrativa.

Más ruido, menos tensión

El Contador 2

A diferencia de la primera entrega, que exploraba el mundo interior de un contador autista involucrado en redes criminales, El Contador 2 opta por una narrativa más abierta y ruidosa. La trama gira en torno al asesinato de un viejo conocido, que obliga a Christian Wolff a reencontrarse con su hermano Braxton (Jon Bernthal) y colaborar con la agente Medina (Cynthia Addai-Robinson) para desentrañar una red criminal relacionada con trata de personas.

Aunque el guion intenta ampliar el universo de la saga, lo hace a costa de coherencia. Las subtramas parecen ir por caminos distintos: niños genios que hackean sistemas, una mujer que se convierte en asesina tras una lesión cerebral, y villanos que aparecen y desaparecen sin mucho impacto. La película sufre de exceso de ideas y falta de foco.

Affleck + Bernthal: el alma del filme

El Contador 2

Si algo mantiene la atención del espectador, es la química brutal entre Ben Affleck y Jon Bernthal. Su dinámica de hermanos disfuncionales funciona tanto en los momentos de comedia como en las secuencias de acción. El guion les da espacio para lucirse, y eso se agradece.

Ambos actores cargan con la película, que sin su presencia probablemente habría naufragado en su propio caos. Las mejores escenas son aquellas donde su relación —entre bromas, tensiones y lealtades— toma el centro.

Cambio de tono: ¿decisión acertada?

El Contador 2

La transformación de El Contador en una “buddy movie” (comedia de acción entre compañeros) ha dividido a la audiencia. Algunos celebran el giro, que aporta ligereza y hace más digerible el producto. Otros lo critican como una traición al tono serio y original del primer filme.

Este cambio no parece accidental: el director ya ha mencionado que planea una trilogía, y que esta segunda parte es solo el puente hacia un tercer capítulo más centrado en la dupla Affleck-Bernthal. Pero en el camino, se pierde parte del magnetismo que hizo del primer filme algo distinto dentro del género.

La neurodivergencia como superpoder

Uno de los puntos más delicados de la crítica ha sido la forma en que se representa el autismo de Christian. Si en el primer filme su condición estaba tratada con cierta profundidad, aquí se convierte más en una habilidad útil que en una característica compleja. Algunos críticos incluso han señalado que el personaje roza lo caricaturesco, y que su evolución emocional parece forzada.

La inclusión de una escuela de “niños super-hackers” tampoco ayuda a crear una visión matizada: por momentos, El Contador 2 parece más una versión de X-Men con trajes grises que una reflexión sobre neurodivergencia y funcionalidad.

¿Vale la pena verla?

El Contador 2 no es una mala película, pero sí es una película diferente a lo que muchos esperaban. Se aleja del thriller calculado y se lanza al territorio de la acción ligera, con bromas, disparos y hermanos pateando puertas al ritmo de una narrativa frenética.

Para quienes disfrutaron del primer filme por su tensión, oscuridad y enfoque psicológico, esta secuela puede resultar decepcionante. Pero para quienes buscan una película ágil, con acción, ritmo y una dupla protagónica carismática, El Contador 2 cumple con creces.

Ya se puede ver en streaming, donde ha encontrado mejor recepción que en cines. Y aunque no sea perfecta, tiene lo suficiente como para mantener viva la franquicia… al menos por una entrega más.

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